Kaikoura es una península rocosa a las orillas del mar que cuenta con uno de los más completos sistemas marinos que existen en Nueva Zelanda. Lobos marinos, Cachalotes (Sperm Whales), albatros y multitud de especies más, viven en sus frías aguas, siendo un lugar maravilloso para realizar ecoturismo e imprescindible incluir en una ruta por la Isla Sur.
Es difícil imaginarse como antaño, Kaikoura se fundó en torno a una importante industria de caza de ballenas. Hoy en día no solo está prohibido sino que son protegidas ya que la economía de la zona se basa en sus reclamos turísticos de avistamiento de cachalotes o nado con delfines.
El día comenzó pronto en Punakaiki, muchas horas nos separaban de Kaikoura y queríamos llegar pronto. Cruzamos las nevadas montañas y ríos de la Isla Sur encontrándonos incluso con un par de toros que habían decidido dar un paseo por la carretera.
Una vez llegamos a la ciudad buscamos nuestro alojamiento para dejar las maletas. Le preguntamos a nuestra amable anfitriona donde comer la famosa langosta de Kaikoura. Nos indicó en el mapa el lugar donde según ella se comía la mejor y más barata.
Rodeando la zona más lejana de la Península de Kaikoura y buscando el famoso restaurante, lo único que llegamos a ver fue un pequeño puesto con dos chicos y una plancha.
Paramos y para nuestra sorpresa, no sólo era el lugar que nos había recomendado la dueña, sino que había una larga cola de autóctonos esperando su ración de fresca langosta a la plancha. En un cubo tenían varios ejemplares, tú seleccionabas el que más te gustara, lo partían, plancha y listo para comer!
El precio no lo recuerdo pero fué tan económico que esa noche junto con un espumoso local y al día siguiente también, degustamos de nuevo las langostas más sabrosas y buenas que hemos comido nunca.
Tras disfrutar con un almuerzo muy campestre a la orilla del mar realizamos una ruta alrededor de la Península de Kaikoura por el sendero. Ver fundirse los Alpes del sur en la costa mientras lobos marinos se bañan en sus frías aguas es una estampa que difícilmente podremos olvidar.
Varios lobos marinos tomaban el sol en las rocas, pero había otros más atrevidos que descansaban en el césped.
Es difícil imaginarse como antaño, Kaikoura se fundó en torno a una importante industria de caza de ballenas. Hoy en día no solo está prohibido sino que son protegidas ya que la economía de la zona se basa en sus reclamos turísticos de avistamiento de cachalotes o nado con delfines.
Visitando la Península de Kaikoura
El día comenzó pronto en Punakaiki, muchas horas nos separaban de Kaikoura y queríamos llegar pronto. Cruzamos las nevadas montañas y ríos de la Isla Sur encontrándonos incluso con un par de toros que habían decidido dar un paseo por la carretera.
Una vez llegamos a la ciudad buscamos nuestro alojamiento para dejar las maletas. Le preguntamos a nuestra amable anfitriona donde comer la famosa langosta de Kaikoura. Nos indicó en el mapa el lugar donde según ella se comía la mejor y más barata.
Rodeando la zona más lejana de la Península de Kaikoura y buscando el famoso restaurante, lo único que llegamos a ver fue un pequeño puesto con dos chicos y una plancha.
Paramos y para nuestra sorpresa, no sólo era el lugar que nos había recomendado la dueña, sino que había una larga cola de autóctonos esperando su ración de fresca langosta a la plancha. En un cubo tenían varios ejemplares, tú seleccionabas el que más te gustara, lo partían, plancha y listo para comer!
El precio no lo recuerdo pero fué tan económico que esa noche junto con un espumoso local y al día siguiente también, degustamos de nuevo las langostas más sabrosas y buenas que hemos comido nunca.
Tras disfrutar con un almuerzo muy campestre a la orilla del mar realizamos una ruta alrededor de la Península de Kaikoura por el sendero. Ver fundirse los Alpes del sur en la costa mientras lobos marinos se bañan en sus frías aguas es una estampa que difícilmente podremos olvidar.
Varios lobos marinos tomaban el sol en las rocas, pero había otros más atrevidos que descansaban en el césped.
Al acercarnos y mediante sonoros gruñidos, nos dejaron claro que no querían que se les interrumpiera la siesta y que nuestra proximidad podría traernos consecuencias negativas; pero ¿quién se resiste a deleitarse con la cercanía de esos bellos mamíferos?
Aliento a pescado crudo y mil rayos más hicieron que nos despidiéramos de tan somnoliento lobo marino y partiéramos rumbo a conocer un poco más el pueblo.
Sin nada destacable en Kaikoura, nos recogimos pronto con vistas al gran día siguiente que nos esperaba.
Meses antes, durante la organización de nuestro viaje por Australia y Nueva Zelanda, contactamos con la compañía Whale Watch. Reservamos día y hora y allí nos presentamos un buen rato antes.
Conocimos a algunas señoras españolas que estaban de visita a unos familiares y con las que intercambiamos impresiones de nuestra aventura oceánica.
Tras las pertinentes indicaciones de seguridad por parte del capitán partimos a mar abierto en busca del famoso cachalote de Kaikoura (Sperm Whale).
Por primera vez en mi vida tuve un viaje de lo más nauseoso a bordo de aquel barco que se balanceaba con el embiste del fuerte oleaje. No había pastilla para el mareo que ayudara a concentrarme en mi objetivo de disfrutar y fotografiar a la magnífica Sperm Whale.
Recibiendo indicaciones por radio de un helicóptero que sobrevolaba la zona, el capitán puso un nuevo rumbo. Y allí la vimos, por primera vez en la vida, a la auténtica reina del mar.
Su geiser de agua nos indicó que acababa de llegar a la superficie, pero nos honró sólo unos minutos con su presencia hasta que volvió a sumergirse.
Ya el mareo no importaba, la habíamos visto, a uno de los mamíferos más grandes de la tierra.
El capitán colocó un sonar en el agua para poder escuchar si había próxima algún otro cachalote. Emprendimos rumbo en busca de un nuevo prometedor avistamiento, pero en esta ocasión el cetáceo se encontraba demasiado lejos y realizó su inmersión cuando llegábamos.
Tras el último incidente fallido, partimos rumbo a la costa para dar por finalizada la aventura acuática. Pero no lo hicimos solos, un grupo de simpáticos delfines quisieron acompañarnos durante un rato en nuestro regreso.
Cachalotes, lobos marinos, albatros…Por su geografía, por su vida marina, por su langosta a la parrilla… Kaikoura es un punto imprescindible para visitar en todas las rutas que recorren la Isla Sur de Nueva Zelanda. Nosotros, sin duda alguna, regresaremos.
Aliento a pescado crudo y mil rayos más hicieron que nos despidiéramos de tan somnoliento lobo marino y partiéramos rumbo a conocer un poco más el pueblo.
Sin nada destacable en Kaikoura, nos recogimos pronto con vistas al gran día siguiente que nos esperaba.
Encuentro con los grandes Cachalotes (o Sperm Whale)
Meses antes, durante la organización de nuestro viaje por Australia y Nueva Zelanda, contactamos con la compañía Whale Watch. Reservamos día y hora y allí nos presentamos un buen rato antes.
Conocimos a algunas señoras españolas que estaban de visita a unos familiares y con las que intercambiamos impresiones de nuestra aventura oceánica.
Tras las pertinentes indicaciones de seguridad por parte del capitán partimos a mar abierto en busca del famoso cachalote de Kaikoura (Sperm Whale).
Por primera vez en mi vida tuve un viaje de lo más nauseoso a bordo de aquel barco que se balanceaba con el embiste del fuerte oleaje. No había pastilla para el mareo que ayudara a concentrarme en mi objetivo de disfrutar y fotografiar a la magnífica Sperm Whale.
Recibiendo indicaciones por radio de un helicóptero que sobrevolaba la zona, el capitán puso un nuevo rumbo. Y allí la vimos, por primera vez en la vida, a la auténtica reina del mar.
Su geiser de agua nos indicó que acababa de llegar a la superficie, pero nos honró sólo unos minutos con su presencia hasta que volvió a sumergirse.
Ya el mareo no importaba, la habíamos visto, a uno de los mamíferos más grandes de la tierra.
El capitán colocó un sonar en el agua para poder escuchar si había próxima algún otro cachalote. Emprendimos rumbo en busca de un nuevo prometedor avistamiento, pero en esta ocasión el cetáceo se encontraba demasiado lejos y realizó su inmersión cuando llegábamos.
Tras el último incidente fallido, partimos rumbo a la costa para dar por finalizada la aventura acuática. Pero no lo hicimos solos, un grupo de simpáticos delfines quisieron acompañarnos durante un rato en nuestro regreso.
Cachalotes, lobos marinos, albatros…Por su geografía, por su vida marina, por su langosta a la parrilla… Kaikoura es un punto imprescindible para visitar en todas las rutas que recorren la Isla Sur de Nueva Zelanda. Nosotros, sin duda alguna, regresaremos.
Que pasada ver los animales tan de cerca y en la naturaleza..
ResponderEliminary vaya atracón de langosta jeje que bueno!
Teníamos que aprovechar Vero! Un precio así y una langosta tan rica no se tiene todos los días! y lo de los animales ni que decirte que es una experiencia maravillosa...Un abrazo
EliminarImpresionante !!! El día que lo vea en vivo y en directo estoy segura de que lloraré como una madalena. Estas imágenes me emocionan, no lo puedo evitar. ¿Por qué tiene que estar tan lejos Nueva Zelanda?.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando digo que hablar de Nueva Zelanda me alegra el corazón es por algo :) Atesoro esos recuerdos y parece que fue ayer cuando paseamos entre los lobos marinos por el paseo marítimo de Kaikoura o cuando vi a la gran Sperm Whale ...espero que pronto puedas llorar que yo te acompañare pero de envidia jejejeje que de aquí a que regresemos aun nos quedan unos años. Un abrazo y gracias por pasarte por aquí.
EliminarMaravilloso.
ResponderEliminarSabes mi debilidad por estas entradas con animales salvajes. Te envidio por esos momentos.
Besos
Gracias Moni :) Yo envidio tus momentazos en África ;) Un abrazo
EliminarQué chulada de sitio!! y la langosta me ha recordado que la hora de la cena está cerca, vaya hambre me ha entrado!!
ResponderEliminarjejejeje anda que no estaba rica! Si vieras el puestecillo donde la servían...que pena no tener una foto de el porque era para partirse de risa a los dos chavales cortando y plancheando langostas! Un abrazo Pepa
EliminarGenial verónica, que gran experiencia, ojala regresen pronto , yo siento en mi corazón que pronto estaré físicamente ahí, los delfines resuenan en mi corazón...y en el de mucha gente que los ama.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Norma. Saludos!
EliminarPues no leo la información, solo lo bien que se lo pasa!
ResponderEliminarHola! Si que nos lo pasamos genial, tienes alguna pregunta que hacerme? Saludos
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